Don Quijote soy, y mi profesión la de andante caballería. Son mis leyes, el deshacer entuertos, prodigar el bien y evitar el mal. Huyo de la vida regalada, de la ambición y la hipocresía, y busco para mi propia gloria la senda más angosta y difícil. ¿Es eso, de tonto y mentecato?.
2
La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres
dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la
tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe
aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede
venir a los hombres. [...] ¡Venturoso aquel a quien el cielo dio un pedazo de
pan sin que le quede obligación de agradecerlo a otro que al mismo cielo!
3
-¿Qué te parece desto, Sancho? -dijo don Quijote-. ¿Hay encantos que
valgan contra la verdadera valentía? Bien podrán los encantadores
quitarme la ventura, pero el esfuerzo y el ánimo, será imposible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario